DIETAS DEPURATIVAS

Diariamente el cuerpo absorbe y produce toxinas. Para ocuparse de las que absorbe del exterior, a través de la contaminación ambiental y los alimentos, y de las que él mismo crea, como los radicales libres, las bacterias intestinales y los parásitos, el organismo cuenta con un mecanismo, el sistema depurativo, que a menudo no logra completar su trabajo, lo que a la larga repercute en la salud. 


Los síntomas de una sobrecarga tóxica son muy variados, como cansancio sin motivo aparente, resfriados interminables, estrés y erupciones cutáneas. Depurarse de vez en cuando ayuda a que el cuerpo se renueve y se recargue de energía, así como a darle un respiro al hígado y a los riñones, los principales órganos que intervienen en los procesos de depuración.



Por otra parte, en los últimos tiempos se ha dado un cambio muy importante en los hábitos alimenticios. Por nuestro estilo de vida cada vez se cocina menos, y la oferta de los pocos saludables alimentos “listos para comer” es tan extensa que, dada la permanente falta de tiempo, optar por ellos se ha vuelto casi una costumbre. Como resultado, en las últimas décadas muchas personas se han puesto a dieta, con efectos muy dispares, pero que han producido una “experiencia colectiva” que ahora podemos aprovechar, no para hacer dieta, sino para incorporar a nuestra alimentación aquello que ha demostrado ser útil para mantener el peso y la salud.

Para desintoxicarse hay que beber mucho líquido, al menos tres litros al día, empezando por la mañana. A primera hora, todavía en ayunas, es cuando los órganos depurativos son más activos. Aprovecha para tomar un gran vaso de agua templada, quizá, si quieres, con un poco de jugo de limón para favorecer la eliminación de los desechos que el organismo produjo durante la noche.
Las verduras, las hortalizas y las frutas son la mejor opción para desintoxicarse porque son frescos y aportan grandes cantidades de fibra, vitaminas y sales minerales, elementos que contribuyen a mantener la presión arterial y las células de los tejidos en buen estado. Por su alto contenido de agua -entre 80 y 90%-, comerlas habitualmente es la manera más sana de “regar” el organismo, a la vez que ayudan a eliminar toxinas y mantienen la piel bien nutrida e hidratada. Su alto contenido en fibras favorece el funcionamiento regular del intestino y evita el estreñimiento, lo que, en consecuencia, facilita el control del peso.

Crudas, las verduras y hortalizas conservan intactos todos sus nutrientes. Si las cocemos, lo mejor es hervirlas, prepararlas al vapor o a la plancha, procurando evitar el aceite y las grasas, porque éstos les agregan calorías, además de hacerlas más difíciles de digerir. A la hora de comprarlas, elige siempre frutas, verduras y hortalizas de temporada, ya que son más nutritivas, sabrosas y baratas.

Alimentos básicos de una dieta depurativa

Sin duda, las manzanas son de las frutas más depurativas. La acción absorbente de su fibra es óptima para eliminar toxinas.

Las uvas son fuente de potasio y de fibra, depuran la sangre, regulan el colesterol y tienen acción diurética y laxante. Nada mejor para depurar el organismo que tomar jugo de uva natural en forma regular.

Las granadas son diuréticas, tienen mucha fibra, vitamina C, antioxidantes y pocos azúcares.

El limón es un gran antioxidante, y como diurético elimina las impurezas a través de la orina.

Gracias a su capacidad para absorber las toxinas, los cereales son esenciales para mantener el intestino limpio.

Como ya mencionamos, una dieta rica en frutas y verduras es ideal para depurar el cuerpo porque su principal componente es el agua, en consecuencia su valor calórico es bajo y no engordan. Su gran aporte de fibra tiene un efecto saciante, por lo que se incluyen en las dietas para bajar de peso; además de ayudar a evitar el estreñimiento y a controlar el colesterol, regulan la velocidad del paso del azúcar a la sangre, y gracias a su poder antioxidante son buenas para prevenir las enfermedades cardiovasculares y degenerativas e incluso el cáncer.
Los berros son ricos en vitaminas C y E y en minerales. Lo mejor es comerlos en ensalada.

Es preferible comer la cebolla cruda porque así conserva sus propiedades. Favorece considerablemente la circulación, pues combate la acumulación de grasa en la sangre; para suavizarla sin que pierda sus nutrientes, macéralas en zumo de limón.

Con la alcachofa se eliminan los líquidos retenidos y se facilita la desintoxicación del hígado. Con cinco alcachofas y un par de cebollas se prepara un caldo sumamente depurativo.

Los espárragos tienen mucha fibra, potasio,

vitamina C y ácido fólico, y sus propiedades diuréticas ayudan a eliminar las toxinas a través de la orina; además aportan elementos alcalinos que neutralizan la acidez de las proteínas, con lo que se previenen las alteraciones metabólicas. Se aconsejan en caso de problemas renales y hepáticos.
Con el perejil se acaba la retención de líquidos. Es rico en vitamina C, calcio y hierro y contiene elementos antioxidantes.

Por su acción bacteriana el yogurt con lactobacilos restaura la flora intestinal.

El apio es una verdura que tiene propiedades cardiocirculatorias y un gran efecto depurativo. Debido a su acción alcalinizante combate el ácido úrico y otros residuos tóxicos del metabolismo, mientras que sus compuestos aromáticos protegen al riñón y a la vejiga de la formación de cálculos; además contienen mucha fibra, que es útil para evitar el estreñimiento, acelerar el tránsito intestinal, limpiar las vías urinarias, favorecer la micción y eliminar residuos perjudiciales.





El melocotón es rico en vitamina C y potasio, un mineral que regula la tensión arterial y ayuda a eliminar los líquidos retenidos en el cuerpo. Sus componentes favorecen la función eliminadora de los riñones, reducen el riesgo de infecciones urinarias y tienen un suave efecto laxante y de limpieza de la vesícula biliar.

Monodieta depurativa

Esta monodieta se basa en comer un solo tipo de frutas u hortalizas frescas durante un día; es un inicio de la depuración y tiene un efecto positivo inmediato en la salud y en la vitalidad del organismo.

Dieta

Elige un tipo de vegetal o fruta fresca madura y de cultivo orgánico. Necesitarás 1.5 kilogramos de uvas, manzanas, peras, pinas, papayas, zanahorias, pepinos o apios. Consume pequeñas cantidades y prepáralas en formas diferentes; por ejemplo, como desayuno puedes rallar la fruta o la verdura escogida, tomarla en jugo al mediodía y comerla entera en la cena.

Por la mañana y en ayunas toma una taza de agua caliente con el jugo de medio limón para activar el hígado. Es importante beber a intervalos al menos 1.5 litros de agua durante todo el día.

Fin de semana depurativo

El plan depurativo de dos días se basa en jugos de frutas y verduras y es ideal para un fin de semana tranquilo, ya que esta limpieza suave y efectiva supone un descanso para el aparato digestivo.

Dieta

■ Mañana: activa el hígado con una taza de agua caliente y jugo de limón. Para desayunar prepara un jugo de frutas rebajado con agua. Come un racimo pequeño de uvas o una manzana a media mañana.

■ Tarde: prepara un jugo de hortalizas y una ensalada grande, por ejemplo de tomates, pepinos, hinojo, zanahorias y betabeles. Toma mucha agua, ya sea mineral o filtrada.

■ Noche: cena unas verduras muy poco cocidas o al vapor, espolvoreadas con hierbas frescas y unas gotas de jugo de limón, y acompáñalas con arroz integral.

Plan depurativo de siete días

Este riguroso plan está pensado para llevar una depuración lenta y constante que combina y complementa los planes de la monodieta y de fin de semana. Se recomienda empezar en viernes porque los primeros días son los más intensos. El día anterior puedes ir acostumbrando al cuerpo incluyendo alimentos ligeros en las comidas.

Dieta
■ Día 1. sigue las indicaciones de la monodieta de un día.

■ Días 2 y 3; sigue las indicaciones del fin de semana depurativo.

■ Días 4 y 5: repite la dieta de los días 2 y 3, pero incluye una ensalada de frutas con yogurt en la comida y una papa al horno con tofu en la cena. A partir del día 4 toma aperitivos, como pepitas de calabaza, frutos secos u hojuelas de avena con nueces.

■ Días 6 y 7: repite la dieta de los días 4 y 5. Puedes tomar frutos secos cocidos al vapor con jengibre fresco. Añade más proteínas a tus comidas, por ejemplo, con una ensalada de cereales o de alubias, lentejas estofadas con especias o arroz integral. Como postre, toma yogurt natural con una cucharadita de miel.

■ Día 8; vuelve lentamente a una dieta sana y equilibrada basada en alimentos nutritivos y depurativos. Procura no esforzarte en exceso y si puedes evita las situaciones que causan estrés.

■ No Olvides el ejercicio, recuerda que hacer algún tipo de deporte, estiramientos o un poco de yoga suave estimulan el sistema linfático.

Alimentos y bebidas
La dieta es la clave para conseguir un cuerpo en forma y una mente despierta; los malos hábitos alimentarios inhiben la eficiencia del organismo, así que debes excluir o reducir al mínimo los siguientes alimentos y bebidas:

-Comidas precocidas, ya que muchos métodos modernos procesan los alimentos en exceso, con lo que reducen su valor nutritivo, destruyen la fibra, los minerales y las vitaminas y añaden demasiada azúcar, grasa y sal. Siempre que puedas compra alimentos frescos de cultivo orgánico.

-Alcohol, porque si bien una copa de vino de vez en cuando no hace daño y puede incluso ayudar a prevenir las afecciones cardiacas, en grandes cantidades daña el hígado, agota las reservas de vitaminas y deshidrata al organismo.

- Cafeína, que se encuentra en el café, el té, el chocolate y los refrescos, es un estimulante potente que aumenta la presión arterial y exacerba las enfermedades nerviosas. Redúcela poco a poco para evitar los síntomas de abstinencia.

Efectos secundarios

Un programa depurativo produce efectos secundarios, cuya importancia dependerá de las toxinas que hayas acumulado en tu organismo. Quizá notes fatiga, dolor de cabeza, náuseas, escalofríos, halitosis, lengua pastosa e irritabilidad. Evita los analgésicos, bebe mucha agua y tés de hierbas.

Algunos consejos extras
■ La fruta fresca es una verdadera mina de nutrientes esenciales, rebosante de vitaminas, minerales, fibra, aminoácidos y enzimas, debe estar presente en cualquier dieta depurativa porque ayuda a unir y eliminar las toxinas.

■ Los cítricos están repletos de vitamina C, un potente antioxidante que protege al organismo de los radicales libres, por lo que inhibe el envejecimiento prematuro, favorece la absorción del hierro y contribuye a reducir el riesgo de cáncer y de dolencias cardiacas.

■ Las crujientes manzanas contienen ácidos málico y tartárico que estimulan el aparato digestivo, limpian el hígado y proporcionan un torrente constante de energía gracias a la fructosa, un azúcar natural.

■ Si se consumen con regularidad, las peras ayudan a mantener el cutis terso y el cabello brillante, son diuréticas y laxantes.

■ Las uvas son depurativas y gozan de gran popularidad en las dietas de un día, alivian el estreñimiento y las afecciones renales, hepáticas, digestivas y cutáneas.

■ Se dice que los mangos, esas frutas tan aromáticas, limpian la sangre, además de favorecer el funcionamiento de los riñones y del tracto digestivo

Los beneficios terapéuticos de las verduras frescas

Estos beneficios se deben a la gran cantidad de vitaminas, minerales, bioflavonoides y otros productos que contienen.
Las Zanahorias son raíces sumamente beneficiosas que además de nutrir y estimular todo el organismo, por su alto contenido en betacaroteno reducen el riesgo de padecer cáncer.

Los ajos y las Cebollas contienen nutrientes antivirales y antibacterianos que depuran el organismo, combaten el cáncer y reducen el colesterol de la sangre. El ajo estimula el sistema inmunológico y actúa como antiinflamatorio.

Los brócolis, las coles de Bruselas, la coliflor, la col y los berros son sumamente depurativos, estimulan el hígado y sus elementos fitoquímicos combaten el cáncer.

Los primeros aportan no sólo vitaminas B y C en abundancia, sino también calcio, ácido fólico, hierro, potasio y zinc. Las espinacas crudas por el betacaroteno, la vitamina C, el calcio, el ácido fólico, el hierro, el potasio, la tiamina y el zinc, además de la enorme cantidad de antioxidantes que contienen, constituyen un alimento excelente en la dieta depurativa.
El jengibre es una especia muy potente que se debe incluir en la dieta depurativa, es útil en las afecciones gastrointestinales y las náuseas y previene algunos cánceres. Se puede saltear en aceite o añadirlo rallado en las ensaladas.


Los frutos secos y las semillas
Por ser ricos en proteínas, son un sustituto excelente de la carne y el queso y reducen el riesgo de afecciones cardiacas y cánceres. Su contenido de vitamina E mejora el estado de la piel, del cabello y de las uñas. Nueces, almendras, avellanas y cacahuates ofrecen grandes beneficios, se pueden comer solos o en panes, guisos y ensaladas. Como tienen un alto contenido de grasa, se deben consumir con moderación; sin embargo, las semillas de calabaza, de girasol y de ajonjolí, con valores nutritivos similares, contienen menos calorías.

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