FORTALEZCA SU SISTEMA DE DEFENSAS
El sistema de defensas de nuestro cuerpo es el primer contacto con el mundo exterior. Cuando este sistema se debilita, es común que la persona que se enferme con mayor facilidad. Nuestro sistema de defensas está en permanente estado de cambio y obedece a las variantes a que se somete el cuerpo. Así lo afecta el estilo de vida, el estado emocional, el medio ambiente y el propio organismo de la persona. También, se altera por los cambios bruscos de temperatura, las preocupaciones, y el ritmo de vida agitado a que nos sometemos. Ante tantos agentes agresores, es fácil comprender que el sistema de defensas en un momento dado, no sea capaz de contener aquellos agentes portadores de enfermedad como lo son algunas bacterias y virus.
La mejor protección para nuestro sistema inmunológico la constituyen, acciones simples que cuando se llevan a cabo con plena conciencia de recuperar la salud, llegan a formar parte de un estilo de vida sano necesario para mantener un sistema inmunológico fuerte. Recuerde:
Dormir Bien. La mejor forma de combatir el estrés, es permitir el descanso nocturno relajado mediante el sueño.
Diga NO al café. La cafeína es un factor que contribuye a la deshidratación del cuerpo y a la reducción de proteínas y minerales en el organismo. Provoca estados de ansiedad, hiperactividad e insomnio.
Diga SI al limón. El jugo de limón ayuda a mantener un equilibrio del pH interno y evita la proliferación de microbios perjudiciales para la salud. Beba todos los días uno o dos vasos de agua a la que se le añade el jugo de un limón.
Diga NO al azúcar. Para fortalecer las defensas, el mejor camino es dejar de consumir en exceso azúcares refinados. La glucosa y la vitamina C tienen estructuras químicas similares; cuando los niveles de azúcar en la sangre se elevan, ambos componentes compiten por ingresar a las células. Cuando hay un exceso de glucosa, habrá un ingreso mayor de ésta y menor de vitamina C, lo cual debilitará el sistema inmune. Si queremos endulzar algo, recurrir a endulzantes naturales como la miel.
Consuma frutas y vegetales varias veces al día, de preferencia en una variedad de colores.
Consume proteína diariamente en forma de pescado, huevo, lentejas, frijoles y derivados de la leche.
Ejercicio diario. El sobrepeso y los niveles de colesterol elevados impiden que el sistema de defensas funcione correctamente. Haga por lo menos 30 minutos diarios de ejercicio.
Tome Te Verde. El te verde es un gran antioxidante que previene el envejecimiento. Prepare diariamente varias tazas de este té y bébalo. Deje la bolsita por lo menos 3 minutos en el agua.
No se Mate de hambre. No haga dietas de tipo restrictivo, coma lo suficiente para su edad, complexión y actividad física. “guardar la línea”, dejando de comer es perjudicial para la salud por la deficiencia de nutrientes que resulta. El sistema de defensas se debilita por ello.
No se bañe con agua demasiado caliente. Utilice agua templada y no use jabones fuertes ni estropajos agresivos.
Trate a su piel con delicadeza y trate de evitar el uso excesivo de productos de tocador e higiene personal porque la piel absorbe todas las substancias que se le aplican.
Por último, no olvide que nuestro sistema de defensas responde inmediatamente y se fortalece cuando dedicamos una parte de nuestro tiempo a estar con nosotros mismos.
Tomar un baño de tina o acondicionar un rincón del hogar que sea únicamente para nosotros y donde podamos pasar media hora solos.
Al aire libre: en invierno, es importante no dejar de hacer actividades al aire libre, ya sea caminar o andar en bicicleta.
Tener amigos: está comprobado científicamente que quienes poseen amigos se enferman menos, ya que cuentan con una red de afecto y contención.
Reírse: incrementa la cantidad de anticuerpos contra infecciones. Además, reduce la tensión muscular y la presión sanguínea.
Oscuridad total: mientras dormimos, para que el cuerpo produzca melatonina, que es una hormona que previene ciertas afecciones.
Ser positivos: nuestro estado de ánimo influye en nuestro sistema inmunológico.
Bajar el volumen: quienes están expuestos crónicamente a un ruido desmedido, presentan un aumento en los niveles de colesterol y de presión sanguínea, como así también desequilibrios del sistema inmunológico. Emplear auriculares y escuchar música en bajo volumen.
Aromaterapia: algunos aceites esenciales como lavanda, limón, eucalipto o canela refuerzan las defensas naturales. Se colocan algunas gotas en un hornillo y se aromatizan todos los ambientes de la casa.
Revista Mundo Natural http://www.revistamundonatural.com/noticia.cfm?n=839#ixzz3OGcOxa1A