SÍNTOMAS ICTUS

Boca torcida de inicio brusco.

Pérdida de fuerza de la cara, brazo, pierna, de un lado del cuerpo, de inicio brusco.

Dolor de cabeza intenso, de inicio súbito, sin causa aparente.

Alteración de la sensibilidad, con acorchamiento y hormigueo de la cara, brazo o pierna de un lado del cuerpo, de inicio brusco.

Pérdida brusca de visión de uno o ambos ojos, parcial o total.

Alteración repentina del habla, con dificultad para expresarse o para comprender el lenguaje.

Sensación de vértigo intenso,inestabilidad, desequilibrio o caída brusca, si se acompaña de los síntomas anteriores.

Confusión mental de inicio brusco.

Cualquiera de estos síntomas no pierde su valor de alarma, más bien lo refuerza, si desaparece repentinamente en unos minutos y si se da en una persona con alguno de los siguientes factores de riesgo:

~Factores no modificables:

Edad: el riesgo aumenta con la edad.

Sexo: es más frecuente en hombres que en mujeres.

Raza: los afroamericanos tienen un riesgo mayor que los caucásicos.

Herencia: el riesgo es mayor en las personas con antecedentes familiares.

Enfermedad vascular previa: aumenta mucho el riesgo de volver a sufrir una enfermedad vascular.

~Factores contribuyentes:

El consumo excesivo de alcohol: se acentúa el riesgo debido a un aumento de la presión arterial.

Más de dos unidades al día en hombres y más de una en mujeres se considera excesivo.

El hábito de fumar: el riesgo aumenta tanto en la exposición activa (fumador) como pasiva (fumador pasivo).

También aumenta el riesgo de otras enfermedades graves como el cáncer de pulmón.

El uso de drogas ilícitas: el uso de drogas intravenosas, cocaína, anfetaminas o marihuana aumentan el riesgo.

La inactividad física: cada vez es más frecuente en nuestro entorno.

La práctica de una actividad física regular disminuye la presión arterial y el colesterol y, por tanto, disminuye el riesgo.

La obesidad: si se tiene un peso por encima del recomendado el riesgo aumenta.

~Factores modificables o tratables:

La presión arterial alta: es el factor más importante y a menudo pasa inadvertida.

La diabetes: la glucosa en sangre es alta, lo cual favorece el daño de los vasos sanguíneos de todo el cuerpo, incluido el cerebro.

Niveles de colesterol: los niveles elevados de grasas en sangre favorecen su cúmulo en las arterias (ateromatosis) y el riesgo de enfermedades vasculares.

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