CANCER Y PRESTICIDAS...LA VERDAD?
Pesticidas, la plaga química de nuestros tiempos.
Perjudiciales para nuestra salud, su uso y abuso es favorable paras las utilidades de las transnacionales alimentarias y agrícolas.
Sin embargo, actualmente existe mayor conciencia mundial sobre los riesgos que entrañan para nuestra salud, en especial porque muchos de ellos están asociados al riesgo de contraer varios tipos de cáncer.
“Estas sustancias han sido consideradas como mutágenos potenciales, por contener ingredientes con propiedades para provocar cambios en el ADN”, afirma la nutricionista especialista de Oncosalud, Mónica Bamonde.
Con relación al ADN, se considera que un pesticida lo daña cuando altera la expresión genética, tanto a nivel de reparación y regulación, como de replicación, mutación y comunicación intercelular.
En 1975 la OMS clasificó por primera vez algunos pesticidas o plaguicidas que se usan en cultivos de las verduras y frutas que consumimos como peligrosos para la salud humana.
El lindano, por ejemplo, está prohibido desde 1991 y los pesticidas con arsénico también (aunque aún pueden encontrarse sobrantes en diversas partes del mundo).
Pero más estudios han sido necesarios, sobre todo porque el uso de plaguicidas ha seguido creciendo en las últimas décadas y el mercado de dichos productos se ha duplicado en los últimos 15 años, superando 50.000 millones de dólares en ventas, según el titular del Departamento de Agricultura y Protección del Consumidor de la FAO, Reng Wan.
Por eso, en el 2015 la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC, en inglés) que funciona dentro de la OMS, evaluó la carcinogenicidad de cinco nuevos pesticidas o plagicidas químicos en base a la evidencia científica disponible.
La OMS señala que el herbicida glisofato y los insecticidas malation y diazin
Si bien el resumen de estos resultados están publicados en la revista The Lancet Oncology, y los detalles figuran en el Volumen 112 de la IARC Monographs (bajo el nombre de Some Organophosphate Insecticides and Herbicides: Diazinon, Glyphosate, Malathion, Parathion, and Tetrachlorvinphos), en el siguiente artículo Sophimanía te explica en sencillo todo lo que tienes que saber sobre la relación entre estos pesticidas que se usan para acabar con plagas en los cultivos y el cáncer.
También te damos recomendaciones para prevenir los efectos de los pesticidas en tus frutas y verduras.
Clasificación de los cinco plaguicidas según la OMS
En el 2014 un grupo consultivo de científicos y oficiales gubernativos recomendaron evaluar una docena de plaguicidas ante la noticia de nuevos pesticidas de uso extendido que podrían ser perjudiciales para nuestra salud.
La clasificación, como siempre, la hace la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer que funciona dentro de la OMS y que es la que determina los riesgos de los agentes cancerígenos en función a la evidencia científica disponible al momento de la evaluación.
- En el Grupo 1 están los agentes con evidencia científica suficiente para decir que producen cáncer.
- En el Grupo 2 están los agentes que probablemente (2A) y posiblemente (2B) causen cáncer, según estudios en humanos y en animales.
- En el Grupo 3 están los agentes que a la fecha no han sido probados que puedan originar cáncer.
- En el Grupo 4 están los agentes que según la evidencia científica disponible no se consideran de naturaleza cancerígena.
Son entonces cinco los pesticidas más usados en vegetales y frutas y que son probable o posiblemente cancerígenos para humanos según la OMS: glisofato, malation, diazinon, paratión y tetrachlorvinphos.
La licenciada Mónica Bamonde, nutricionista oncóloga, lo puntualiza así:
“La IARC clasifica al herbicida glisofato, uno de los más vendidos en el mundo y a los insecticidas malatión y diazinon como "probablemente cancerígenos" sobre la base de "pruebas limitadas" de cáncer en seres humanos.
Asimismo, clasifica a los insecticidas tetraclorvinfos y paration como "posiblemente cancerígenos" de acuerdo a "evidencia convincente" en animales de laboratorio”.
De menos a más peligrosos, en el Grupo 2B de posiblemente cancerígenos, están los insecticidas paration y tetraclorvinfos, con evidencia relativa de que lo sean en animales y evidencia limitada de que sean cancerígenos en humanos.
Mientras en el Grupo 2A, de probablemente cancerígenos, están el herbicida glisofato y los insecticidas malation y diazinon con suficiente evidencia de que lo sean en animales y evidencia limitada de que sean agentes cancerígenos en humanos.
Si bien el riesgo para la mayor cantidad de población es en función a los vegetales y frutas que ingerimos, el grupo de humanos en mayor riesgo directo son aquellos que trabajan en el campo mismo.
“Es importante comentar que los trabajadores agrícolas están expuestos a un mayor riesgo debido a la inhalación y contacto por sus labores de preparación y aplicación de plaguicidas."
Las comunidades agrícolas tienen los índices más altos de leucemia, de linfoma no-Hodgkin, de mieloma múltiple y de sarcoma de tejido blando, así como de cánceres de piel, labio, estómago, cerebro y pró
Para el resto de la población el riesgo está relacionado con el consumo de agua y alimentos contaminados con estas sustancias.
Por este motivo existen niveles de ingesta admisibles, que indican la ingestión diaria máxima admisible para evitar riesgos en la salud”, sostiene la licenciada Bamonde.
¿Pero para qué se usa cada plaguicida y qué efectos puede producir en nuestra salud?
El Glisofato o pesticida trasnacional, se usa en más de 750 plaguicidas.
Según la IARC, de entre todos los herbicidas, el glisofato tiene el “volumen de producción mundial más elevado de todos los herbicidas”.
Ha sido clasificado como probablemente cancerígenos en humanos (Grupo 2A).
Su mayor uso está en la agricultura, sobre todo “desde la producción de maíz genéticamente modificado para hacerlo resistente al glisofato”, resaltó la IARC.
“Existe evidencia limitada sobre sus efectos en relación al riesgo de cáncer en humanos; asimismo, en trabajadores agrícolas aumenta el riesgo de linfoma de non Hodgkin.
En animales se observa una relación directa con tumores renales, páncreas, piel”, explica la nutricionista oncóloga Bamonde.
El gilisofato también es utilizado en fumigaciones forestales, urbanas y en los hogares .
Se ha encontrado glisofato en el agua, en el aire y en los alimentos, luego de fumigaciones.
Pese a que en 1991 la EPA (Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos) cambió la clasificación del glisofato de “posiblemente cancerígenos para humanos” (1985) a la clasificación de “no cancerígeno para humanos”, la IARC ha confirmado actualmente que existe suficiente evidencia de carcinogenicidad en animales así como evidencia limitada en humanos.
El daño que causa es el ADN y en los cromosomas de las células humanas, además de interrumpir las vías hormonales.
Un estudio local, con comuneros residentes, reportó “incremento en los marcadores sanguíneos de daño cromosómico, después de fumigaciones cercanas con fórmulas de glisofato”.
Malation, o el pesticida residencial.
Según la IARC, actualmente el malation es usado en agricultura y en salud pública, además ser usado para el control de plagas residenciales.
Ha sido clasificado como probablemente cancerígenos en humanos (Grupo 2A).
Pese a su clasificación como agente cancerígeno, se continúa produciendo en grandes cantidades en el mundo.
“En el caso del Malation, se encuentran resultados de estudios en personas que trabajan en agricultura, en los cuales hay evidencia de que es un producto carcinogénico; en estudios en ratas se encontró que aumenta la probabilidad de cáncer a la tiroides en machos y a las mamas en hembras”, explica la licenciada.
Diazinon, o el pesticida pulmonar.
Pese a que ha sido clasificado como probablemente carcinogénico en humanos, actualmente el dianizon se usa en la agricultura y en el control de plagas de hogares y jardines.
Está en el Grupo 2A por la fuerte evidencia de que el dianizon induce daño en el ADN y en los cromosomas de las células humanas.
Si bien sus volúmenes de producción son relativamente bajos y han decrecido desde el 2006 por restricciones en EE.UU y en Europa, la IARC afirma que no se tiene información sobre su uso en otros países.
“Para el diazinon hay evidencia limitada sobre su carcinogenecidad en humanos, sobre todo hay mayor riesgo en el caso de personas expuestas por su trabajo a esta sustancia (linfoma de no hodgkin).
En roedores, se ha observado carcinoma en el hígado, leucemia y linfomas, asimismo induce a daño celular y al ADN en experimentos in vitro con células humanas”, señala la especialista Bamonde.
La evidencia en humanos es de la exposición mayormente agrícola en EE.UU y Canada según estudios realizados desde el 2001. La OMS afirma que existe “evidencia limitada de carcinogenicidad para el linfoma de no-Hodgkin y el cáncer de pulmón”.
Paration, o el pesticida en extinción.
Este pesticida actualmente está prohibido en la Unión Europea desde el 2003.
Y aunque en EEUU sus usos autorizado se cancelaron también en el 2003, se sigue siendo usado en la ganadería y en animales de compañía, incluyendo tratamientos antipulgas para mascotas.
Sobre su uso en otros países, la IARC afirma que no se tiene información.
El pesticida paration ha sido clasificado como posiblemente cancerígeno para humanos (Grupo 2B) “en base a evidencia convincente de que este agente causa cáncer en animales”, según informe de la OMS.
“Con el paration se encontró en estudios en ratones que incrementa el riesgo de carcinomas, linfomas (tipos de cáncer en machos y hembras), tumores en el páncreas y mamas en hembras.
En el caso de estudios in vitro de células humanas se encontró que favorece el daño y aumento celular”, explica Bamonde.
Tetraclorvinfos, o el pesticida antipulgas.
El pesticida tetraclorvinfos ha sido clasificado como posiblemente cancerígeno para humanos (Grupo 2B) “en base a evidencia convincente de que este agente causa cáncer en animales”, indica el informe de la OMS.
“En el caso del tetraclorvinfos, se observó en estudios en animales que inducía al crecimiento de tumores en el hígado y bazo, así como daño a nivel de cromosomas aumentando el crecimiento celular (factor de riesgo de cáncer)”, aclara la especialista de Oncosalud.
¿Cómo saber qué frutas o verduras contienen pesticidas?
Los usos de pesticidas impacta mayormente en frutas, verduras, trigo, arroz y aceitunas.
En el 2010, el 68% de las muestras de alimentos en EE.UU tenían cantidades detectables de residuos de plaguicidas.
El diagnóstico no es global, pero la tendencia es globalizante.
El Grupo de Trabajo Ambiental (EWG, en inglés) publica anualmente una Guía de Plaguicidas en Productos Vegetales, en la cual se indica qué productos pueden estar contaminados.
Entre los “doce más sucios” están: manzana, pimientos, arándanos, apio, pepinos, uvas, lechuga, melocotones, nectarinas, papas, espinacas y fresas.
Mientras que entre los quince más limpios figuran: espárragos, col, melones contalupe, maíz, berenjena, pomelo, mangos, hongos, cebollas, piñas, ciruelas, sweet peas, camotes, sandía, calaba de invierno.
Por tanto, el EWG recomienda comer versiones orgánicas de frutos y verduras.
Esto es así no porque sean más nutritivos que los alimentos convencionales, sino porque no están expuestos a pesticidas.
“Las personas que consumen una dieta orgánica son menos propensas a padecer enfermedades causadas por plaguicidas”, explica la licenciada Bamonde.
¿Y cuál es la situación en el Perú?
En el Perú existe la Ley de Sanidad Agraria (Decreto Legislativo Nº 1059) y el Reglamento del Sistema Nacional de Plaguicidas de Uso Agrícola (D.S. 001-2015-MINAGRI), que indican que los plaguicidas utilizados en agricultura deben ser registrados ante el Servicio Nacional Agraria (SENASA), organismo público especializado adscrito al Ministerio de Agricultura con autoridad oficial en materia de sanidad agraria, calidad de insumos, producción orgánica e inocuidad agroalimentaria.
Existe un conjunto de plaguicidas restringidos y prohibidos en el Perú.
La SENASA en su página web indica qué productos están prohibidos, entre ellos el paration, el lindano y los insecticidas con arsénico.
Sin embargo, a la fecha existen una serie de cuestionamientos referidos a la poca efectividad de estas herramientas normativas para desestimular el uso de pesticidas perjudiciales para nuestra la salud.
“La Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) se deben exigir a los agricultores para evitar exposiciones elevadas a compuestos químicos y otros contaminantes de alimentos.
Su cumplimiento es responsabilidad del SENASA”, sostiene la licenciada Bamonde.
Ironías de la vida.
En la cáscara que encontramos muchos de los beneficios nutricionales del alimento también pueden acumularse la mayor cantidad de pesticidas.
Por eso mientras más gruesa y más intacta esté la cáscara, más protegida estará la pulpa.
Recomendaciones:
- La FDA recomienda lavar las frutas y vegetales bajo chorro de agua limpia.
Aún cuando luego las vayas a pelar, se recomienda lavarlas antes de pelar.
- La FDA tampoco recomienda lavarlas con jabón o detergente pues no hay estudios acerca del impacto de esos residuos en el alimento y en la salud.
- También puede optar por pelar las frutas o verduras que sospecha puedan estar contaminadas con pesticidas.
Sin embargo es importante saber que en la piel de la fruta se encuentra la mayor concentración de fibra y algunas vitaminas.
Como ejemplo, en el caso de las manzanas, se pierde alrededor de un 11% de fibra y en las peras, hasta un 34%.
- Es importante saber que los pesticidas se adhieren más a frutas con cáscaras cerosas o suaves, y que hay frutas que son tratadas con parafinas que pueden mantener atrapados los residuos de pesticidas.
- Otra opción es cepillar los alimentos duros, por ejemplo las papas, manzanas o melones, por fuera con un cepillo limpio de cerdas firmes.
- Lo más seguro es consumir versiones orgánicas de alimentos como manzanas, apio, pimientos, melocotones, fresas, uvas, espinaca, lechuga, pepinos, arándanos y papas.
- Se recomienda también el vinagre diluido en agua para la limpieza de frutas y verduras contaminadas con químicos.
- No solo hay que tener cuidado con los vegetales que se consumen, sino también con el agua y los animales que consumen aguas y alimentos expuestos a los pesticidas.