¿AUMENTO DEL DOLOR POR TRASTORNOS DE SUEÑO?
LAS DIFICULTADES PARA DORMIR PARECEN ESTAR ASOCIADAS CON UN AUMENTO EN LA SENSIBILIDAD AL DOLOR, Y POR TANTO, EL AGRAVAMIENTO DE ENFERMEDADES DOLOROSAS CRÓNICAS.
Las personas que sufren problemas de sueño podrían también ser más sensibles al dolor, e intensificar o agravar los efectos de enfermedades crónicas que cursan con dolor, tal como muestra un estudio realizado en el Norwegian Institute of Public Health en Bergen (Noruega).
En este estudio se midió la sensibilidad al dolor de más de 10.000 adultos a los que se les administró también un cuestionario de sueño.
Los resultados del estudio mostraban que las personas que sufrían de insomnio eran más sensibles al dolor que aquellos que no tenían dificultades para dormir.
Más concretamente, aquellos que experimentaban dolor crónico y que tenían insomnio presentaban un mayor incremento en la sensibilidad al dolor, que parecía estar relacionada con un aumento en la latencia de sueño, o tiempo que tardaban en quedarse dormidos.
Estos resultados apuntan a la importancia de mejorar el sueño de aquellos pacientes que sufren dolor crónico.
En el estudio, los participantes evaluaron su sueño en el año previo, según una escala que iba desde nunca he tenido dificultades para dormir hasta las he tenido más de una vez por semana.
También se les sometió a una prueba para evaluar la resistencia al dolor, ya que se les pidió introducir sus manos en agua fría (3 grados Celsius/37 grados Fahrenheit) hasta que no aguantasen el dolor y las tuviesen que sacar.
La rapidez con la que los sujetos extraen las manos del agua muestra la tolerancia que tienen al dolor, siendo menor cuanto más rápidamente las sacan del agua.
Los resultados mostraban que el 42 % de los pacientes que tenían insomnio sacaban sus manos del agua antes de los 106 sgs. que se les pedía como referencia.
El incremento en la sensibilidad al dolor fue mayor en aquellos que se quejaban de insomnio más severo o frecuente.
Por ejemplo, aquellos que sufrían de insomnio una vez por semana tenían 52% más probabilidad de sacar antes sus manos del agua, comparado con aquellos que no tenían insomnio.
Sin embargo, los pacientes que tenían insomnio una vez al mes tenían un 24% más de probabilidades de sacar sus manos antes del agua.
La asociación entre los problemas de sueño y el dolor crónico parecía especialmente pronunciada según los datos.
Los pacientes que presentaban ambas condiciones: insomnio severo y dolor crónico tenían el doble de probabilidades de sacar antes las manos del agua que los participantes que no las tenían.
Lo que hace especialmente relevante el tratamiento conjunto de ambas condiciones y futuras investigaciones que centren su atención en el papel de los neurotransmisores implicados.
Sin embargo, un dato interesante, es que la cantidad total de tiempo que los participantes pasaban durmiendo no parecía tener relación con la tolerancia al dolor.
Este dato, parece apuntar de nuevo a la preponderancia de la calidad de sueño frente a la cantidad del mismo, cuando hablamos de las consecuencias negativas del insomnio.
Sobre este aspecto, hemos venido hablando en varios artículos de nuestro blog, y cada vez se subraya más y se le da más relevancia en la clínica, ya que la investigación está arrojando datos más consistentes en esta línea que apunta a la prevalencia de la calidad frente a la cantidad.
Es por ello, que se convierte en un objetivo deseable y prioritario intervenir en mejorar la calidad del sueño de aquellas personas que padecen enfermedades crónicas dolorosas para influir sobre su vivencia del dolor y calidad de vida.