VESÍCULA BILIAR

Conflictos emocionales que afectan a éste órgano

La vesícula biliar es un depósito en forma de pera en el que se acumula la bilis segregada por el hígado y donde es retenida, hasta verterla en la digestión cuando sea necesario.

Es como una carga de agresividad que se retiene para utilizarla en el momento oportuno.

La vesícula no solo participa en la digestión física de los alimentos sino que también tiene un cometido equivalente en la digestión psicológica de los acontecimientos.

En la mayoría de los síntomas relacionados con la vesícula, existe un fuerte sentimiento de rencor, porque "algo ha sucedido" dentro de nuestro territorio (casa, trabajo, ciudad, país, etc.) en relación a la forma en que nos comunicamos con los demás o viceversa y a causa de ello, estamos viviendo una gran "injusticia" de la cual no nos podemos defender.

Se trata de una sensación de "Yo no puedo golpear a... (En relación a nuestro padre/madre, nuestro jefe/a, nuestra pareja, etc.)

Por lo tanto, nos guardamos, nos aguantamos ese rencor y lo interiorizamos de manera que queda bloqueado, reprimido.

Del mismo modo, puede ocasionarnos problemas en la vesícula, el hecho de sentir que hemos perdido nuestra identidad dentro del territorio:
“Ya no sé quién soy”.
“Mi opinión no vele, ya no me toman en cuenta”.

Uno de los problemas más comunes de éste órgano es la formación de piedras, (cálculos biliares) que obstruyen el canal entre la vesícula y el duodeno.

Los cálculos representan esa actitud amarga y “biliosa” hacia los demás que, al cabo de un cierto tiempo, se endurece como una piedra.

Son una cristalización de la bilis, de la ira, de los disgustos, de las críticas, etc.

Afecta principalmente a individuos de carácter triste y amargado, insatisfechos consigo mismo, que no se sienten reconocidos ni saben cuál es su “sitio” en la vida, que siempre tienen algo que objetar y que son propensos a ataques súbitos de cólera.

“No quiero que los demás tengan rabia hacia mí”.

Las madres que por sus obligaciones familiares no han podido dar libre curso a su energía y mantienen juicios condenatorios y resentimientos por su falta de libertad, son candidatas firmes a padecer cálculos biliares.

Los cálculos biliares también suelen aparecer cuando se piensa de una manera y se actúa de otra.

O cuando se tienen dificultades para tomar decisiones en la vida.

"Yo nunca puedo tomar decisiones en mi vida".

Las preocupaciones por algo que no podemos combatir “subirle a uno la bilis”, así como los sentimientos de injusticias, de rencor, de rabia, de cólera, afectan negativamente a la vesícula.

Conductos biliares intrahepáticos: Expresan un sentimiento de carencia (comida, dinero, etc.) y cólera.

Vía biliar extrahepática:Fuerte emoción de cólera.

Vías pancreáticas: Nos hablan de un sentimiento de carencia unido a una injusticia:
“El dinero va allí, donde no tendría que ir”.
“Siento un fuerte odio por...”. “Nunca  perdonaré al idiota que robó mi puesto en la empresa”. “Jamás olvidaré la traición de mi pareja”.

Las personas que padecen de trastornos en la vesícula sienten un fuerte deseo y una gran  tendencia  a forzar, utilizar, manipular y dirigir a los demás, aunque les cuesta mucho reconocerlo.

Mediante la vesícula biliar, expresamos la capacidad que tenemos para ver claro en nosotros mismos con honradez, es decir, nos ayuda a clarificar y a discernir.

Definición de piedras en la vesícula biliar

Son depósitos, en la vesícula biliar, de colesterol, calcio, pigmentos biliares y otros elementos que metaboliza el Hígado.

La bilis (sustancia que fabrica el hígado para “digerir” las grasas) se vuelve demasiado espesa y acaba fabricando arenilla y “piedras”.

La digestión se vuelve más pesada, suele haber amargor de boca y pueden producirse cólicos al intentar expulsar las “piedras”.

Interpretación emocional de piedras en la vesícula biliar

La bilis, que pasa por la vesícula, es amarga y así podemos interpretar que allí se van depositando todas aquellas vivencias que nos han producido resentimiento, impotencia y rabia.

Estas situaciones nos han ido endureciendo.

Emoción positiva para las piedras en la vesícula biliar

Hemos de intentar sanar esas emociones.

Solucionar antiguos conflictos y encarar los actuales con más tolerancia nos ayudarán mucho.
Siempre será vital el hecho de expresarlos para que no se nos anquilosen en nuestro interior.

Fitoterapia para las piedras en la vesícula biliar

Boldo, Diente de León, Cardo Mariano.

Una cucharada sopera de aceite de oliva con un chorrito de zumo de limón, en ayunas, suele mejorar mucho los síntomas (mantener un minuto en la boca el aceite y el limón ayudará a que sea más efectivo y a que no nos repita el aceite).

Hay terapeutas que recomiendan grandes dosis de aceite y limón pero esto es peligroso a no ser que las pruebas médicas confirmen que no hay “piedras” grandes que al no poder salir producirían un cólico que podría ser muy doloroso y peligroso.

Nutrición para las piedras en la vesícula biliar

Hidratarse adecuadamente (beber más agua) para que la bilis no se vuelva espesa.

Evitar comidas grasas y el exceso de proteína animal ya que hay que controlar los niveles de colesterol (una de las principales causas).

El déficit de vitamina C y E aumenta la formación de cálculos.

Así que aumentemos la toma de fruta y frutos secos crudos.

La Colina, Fosfatidilcolina y la L-Metionina son nutrientes que su especialista puede recomendarle como preventivo.

Siempre que hayan “piedras” de calcio hay que vigilar el consumo de sal ya que induce al cuerpo a desprenderse de calcio.

Comer poco, sin grasas y con más frecuencia hace que las digestiones no sean tan pesadas.

El zumo de naranja, los fritos y los lácteos no son nada recomendables en estos casos.

Como siempre cada persona con piedras en la vesícula biliar es un mundo y hay que ver como nos sientan estos alimentos.

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